Recuerdo que hace años, cuando empecé el blog, posteé un guiso de conejo, y a falta de conejo, usé unas fotos de un libro. Pero este año, sorpresa! Encontré conejo (congelado) en uno de los supermercados locales, habría unos veinte, traídos exclusivamente para los festejos de Thanksgiving de inmigrantes. Porque no creo que a los norteamericanos se les ocurra hacerlo.
De hecho, mi hija menor es nacida en Argentina, pero educada en EEUU y le pareció un horror la idea, se puso a llorar preguntándome porqué había cocinado un ¨bunny¨.
Una situación difícil, de muy mal humor intentamos explicarle que para lo que ella era un horror, para nosotros, que hemos sido criados en la ciudad y a la vez en granjas, no es nada raro, pero sí especial y que este plato nos traía muchos recuerdos.
Vamos a la receta entonces, para aquéllos que se animen. El conejo tiene un sabor muy suave, que recordaría al del pollo. Y la carne es igualmente blanca.
Este conejo vino totalmente limpio, sin la cabeza. Le saqué las costillas porque era pequeño y no había mucho para comer en ellas.
Para cortarlo, abrimos las patas (los cuartos) como si fuera un pollo. Cortamos en las coyunturas y ya tenemos 4 porciones. Luego el torso lo cortamos en tres. Separamos.
Pelamos y lavamos unas papas, cortamos en cubitos, las freimos sin cocinar totalmente en una cacerola en aceite vegetal.
Las quitamos y ponemos en un bol. En el mismo aceite, doramos las presas, con unos dientes de ajo enteros. Desechamos el aceite que seguramente habrá incorporado agua, especialmente si el conejo estuvo congelado.
Cortamos vegetales, acá vemos zanahorias, cebollas, ajíes, podemos agregar apio, y los rehogamos en el aceite que ha quedado limpio o lo reemplazamos. Podemos sacar el ajo entero y poner ajo picado, después de rehogar las verduras para que no se nos queme.
A continuación ponemos las papas, las presas doradas junto con los vegetales más hierbas aromáticas frescas (en lo posible). En la foto vemos melissa o lemon balm, orégano, laurel molido, romero.
Agregamos cantidad necesaria de agua, y uno o uno y medio cubitos de caldo de pollo con tomate, o pollo, o verduras. Más un buen chorro de vino blanco seco.
Terminamos de cocinar y a último momento agregamos las arvejas. Hmm, delicioso!
Para los que quieran ver otra versión de guiso de conejo con habas (fava beans), acá les dejo el link:
Miriam que drama por Dios, hay personas que lo ven como animal de compañía y ese debe ser el caso de tu hija, a mi marido le encanta el conejo, yo es que la carne cada día menos, como poquita, pero si la como, esta se le ve una pinta muy buena con todas esas verduras, te ha quedado un plato fabuloso. Espero que tengas unas felices Navidades y el año que entra sea esplendido. Besitos guapa.
ReplyDeleteHola Juani, yo tampoco estoy comiendo mucha carne, los años no vienen solos, jajaja. Besos y felicidades!
DeleteTodo un tema este de comerse un "bunny", mis hijas y nietas no comen ni vacas, ni pollos, ni nada que camine, me va quedando el pescado, no sé hasta cuándo. Yo tenía la costumbre de hacer pavo para Navidad, pues es lo que heredé de mi madre, el año pasado el pobre pavo regresó a la cocina casi entero, así que este año les he dicho que ellas mismas hagan el menú y no me pienso en complicar! Riquísimo tu conejo al vino, creo que es como mejor queda, aunque te confieso que no soy muy fanática de su carne. Besitos
ReplyDeleteQuerida Pamela, sé muy bien cómo se siente, y yo estos últimos tres años también le digo a mi hija mayor que cocine ella su parte, y ahora lo hago con la menor también, esto del veganismo es un problema social además, por suerte la mayor ahora es vegetariana. Besos,
DeleteFelices fiestas para ti y toda tu família..
ReplyDeleteUN ABRAZO GUAPA :))))
Muchas gracias querida Conxita!
Delete