Este post me trae mis recuerdos, porque cuando era niña teníamos una granja, y en ella un estanque donde criábamos ranas. Mi papá y sus tíos se encargaban de sacar varias cuando las mujeres pedían ranas para la cena, y de limpiarlas, lo cual, no sé si alguna vez lo habrán visto, es muy laborioso. Si se impresiona, no siga leyendo, o saltee algún párrafo.
Las ranas se ponían en un balde, se iban sacando de a una, y para que no se muevan, se les clavaba un escarbadientes en la espina dorsal, digamos en la base de la cabeza. De allí se las ¨cuereaba¨ con una bolsa de arpillera y se quitaban los órganos.
Una de las imágenes más vívidas que tengo, y no sé cómo se me ocurrió hacerlo, -seguramente estarían mis primos incitando a la aventura-, una vez abrí un estómago de una rana macho y allí ví una pequeña ranita.
Y también me parece verlas saltar en el aceite, moverse nerviosas sin cabeza. Si hay algo que me desquicia es freírlas, de hecho esta vez me he quemado el cuello con aceite, nada serio por suerte.
Las ranas a la provenzal eran el plato favorito de mi mamá. Yo las hago cada tanto, porque cuesta conseguirlas, aunque las puedo comprar congeladas (limpias, enteras, sin cabeza) en el supermercado vietnamita. Hace unos días me llevé la sorpresa de encontrar estas patas frescas en el supermercado mexicano-árabe. Pero, seré sincera, el gusto no es como el de las ranas de nuestra granja. Y jamás lo será. Lo mismo pasa con el pollo, pero uno se acostumbra a los pollos de producción masiva. Me imagino que los amigos españoles y argentinos sabrán de qué hablo, el pollo de granja tiene un sabor delicioso, es decir, ¨tiene gusto.¨
La receta, una pavada.
Yo dejé marinar las patas en jugo de limón, sal, pimienta, ajo molido. Mi abuela y mamá se salteaban este paso, pero, les recuerdo, el limón les ayudará a sacar el gusto de ¨no estoy recién salida del estanque.¨
Luego, las escurrí un poco, las pasé por harina y las freí. Por arriba se pone perejil y ajo frescos, picados. Aunque yo usé de mi frasco de conserva de perejil y ajo.
Generalmente se sirven con papas en cubitos, fritas o hervidas, con perejil y ajo de aderezo.
De guarnición, hice revuelto de hojas de remolachas hervidas, escurridas, cortadas y salteadas rápidamente con un chorrito de aceite de oliva, sal, ajo en polvo, un huevo, queso Müenster.
No saqué las fotos con el plato armado porque ya mi marido estaba reclamando, desesperado por consumir las patitas.
Nuestros hijos no comen ranas. No tienen el hábito y les impresiona. No saben lo que se pierden!
que rico
ReplyDeleteTienen que estar buenisimas, Las hojas de remolacha, muy originales. Una delicia todo
ReplyDeleteMe recuerda también mi niñez, hace muchísimo que no las como, pero recuerdo que tenían un sabor estupendo y acompañadas con el salteado de hojas de remolacha, un pecado. Un abrazo, Clara.
ReplyDeleteClara, con papitas también, qué ricas! Pasaré esta noche a ver tu post, se ve muy tentador. Un beso,
DeleteNunca he tomado ancas de rana, no soy como tus hijos, no es que me impresione pero jamás las he visto cocinadas a gente cercana a mi.
ReplyDeleteEstoy viendo que entre los españoles no deben ser populares o conocidas en la cocina, lo que me resulta curioso. Lo que yo no puedo comer son los caracoles. Besos,
DeleteNo las he comido jamas, he seguido tu consejo y no he seguido leyendo, supongo que deben estar exquisitas, pero sería incapaz de meterme una en la boca.....estoy tonta, cuando he visto en el mercado las ancas me da una pena y comeré otros animalitos?¿ pero.... con el filete de caballo, me pasa igual, no puedo pienso en el animal y me da una pena que para qué, no es problema de que me guste o no. Soy así, besitosssss linda.
ReplyDeleteJuani, no he visto nunca el filete de caballo, pero me han dicho que la mortadella, que tanto apreciamos los argentinos, se hace con carne de caballo. Obviamente, cuesta pensar en comer caballo, me resulta más fácil la rana. Besos,
DeleteAy... me tuve que saltar el párrafo...
ReplyDeleteNunca las he comido, aunque quienes las han probado dicen que saben a pollo.
A ver si algún día me atrevo.
Un abrazo
Hola Nathalia, sí, saben a pollo o pescado suave más bien. Es un plato delicado, yo no tengo inconvenientes porque las comía de niña. Besos,
Deletenunca las he probado y se ve tan rico...bsts
ReplyDeleteNo las he probado nunca porque no sabía como hacerlas, pero si las tengo que matar yo, seguro que no las pruebo. De todas maneras esta receta tiene muy buena pinta.
ReplyDeleteBesos.
Apetecibles si que son, tienen una pinta muy buena, no las he probado nunca asi. Creo que una vez las comi pero hechas de otra forma.
ReplyDeleteQue buenooooooooo!!!
ReplyDeleteSin palabras estoy para esto, solo decirte que me ha entrado un hambre al ver las fotos.... uuuf!!
Besos!!!
Pues la verdad que tiene que ser muy laborioso, incluso un poquito desagradable arreglarlas, pero lo que se se que estan de muerte, yo las he probado en alguna ocasion, y me encantan, estas tuyas se ven deliciosas. Mil besicos amiga
ReplyDeleteDesde luego Myriam, el pollo de corral no tiene nada que ver con el que se cria en granjas masivamente, el de corral es mucho mas sabroso, con respecto a las ancas de ranas, yo nunca las he probado, pero se de sitios en Madrid que las preparan y la verdad son muy apreciadas, espero que no haya sido mucho lo del quemazón en el cuello, pero desde luego ha merecido la pena ante tan alto manjar, besos
ReplyDeleteSofía
milideasmilproyectos.blogspot.com
Gracias Sofía, la quemazón, yo uso aceite de cocina inmediatamente sobre la quemadura y alivia un montón. Luego, alguna crema pero para mí el aceite es insuperable. Tienes que probar las ranas! Besos,
DeleteGracias Myriam por compartir historias familiares. Yo también fui a cazar ranas con mis primos varones a una laguna cercana a Cañuelas. Quién las mató y quién las comió no quedaron en mi memoria, seguro que habrá sido traumático...jejeje!
ReplyDeleteBesosss
Norma, no me decís si te gustan, pero doy por hecho que sí. Besos,
DeleteMuchas gracias amigas por todos los comentarios, y espero que el post las anime a probarlas algún día, a los que no lo hicieron aún. Besos,
ReplyDeleteOriginal receta para las ancas de rana...habrá que probar cuando encuentre!
ReplyDeleteBesos.
Hola Myriam, no es que no me gusten, es que nunca las he probado, pero tengo un amigo que dice como tu, una delicia...
ReplyDeleteEstas tienen una pinta estupenda la verdad.
Salu2
Cocinandovoyrecetandovengo.
Muchas gracias queridas Mayte y Sonia! Besos,
ReplyDeleteHola Myriam, he vuelto para agradecer tus palabras en mi blog.
ReplyDeleteSalu2
Cocinandovoyrecetandovengo.
Sonia, no me agradezcas, me encanta lo que cocinás, lamento no tener tiempo para leer todo con detenimiento. Espero estés bien, un beso,
DeleteNo las he probado nunca ni creo que lo haga, pero por la pinta que tiene te tienen que haber quedado muy buenas, de pequeña en el rio del pueblo habia muchas y si he cogido pequeñas pero para jugar,besos
ReplyDeleteAdita, estoy muy extrañada que los amigos españoles dicen no haber probado las ranas. Le comenté a mi marido, él dice que es porque se comen en Italia. Ahora que lo pienso, en Argentina se sirven en restaurantes italianos. Besos,
DeleteMi muy apreciada amiga:
ReplyDeleteAunque en nuestro país, vos lo sabés bien, este plato es muy valorado; es difícil de encontrar en los restaurantes.
En febrero de este año estuve en Rosario, la ciudad celebraba el bicentenario de la creación de nuestra bandera.
Me prometí un fin de semana largo de descanso, el disfrute de una ciudad bellísima y la oportunidad para comer pescado de río.
En el restaurante Puerto Caboto de la Av. Pellegrini, me informaron que ese día tenían ranas a la provenzal, fuera la carta, por cierto. Estaban increíbles.
No tengo idea de cuál será el origen de este plato, pero llamar salsa provenzal a la conserva de ajo y perejil, es un detalle auténticamente argentino.
Gracias Mario, siempre aprendo de tus comentarios. Pues mi mamá, las comía en la Capital en La Cantina de David. No sé si la conociste, me dijo mi hermana que había cerrado, una pena, qué bien se comía allí! Un abrazo,
DeletePues a mí me encantan. Nunca las he preparado en casa. Aquí también son difíciles de conseguir.
ReplyDeletePor ahí vi que dice Juani que lo mismo le pasa con el caballo. Aquí está prohíbido pero en Cuba (que también lo está) lo vendían de contrabando. Era mucho más fácil de encontrar y más barato que la carne de res y nos acostumbramos a comerlo. Era de las pocas carnes que se podía comer abundantemente en un tiempo de mi vida. Me encantaba. Ahora apenas como carne de ningún tipo.
Besitos y feliz domingo,
Vero
Vero, viste, es cuestión de costumbre y cultura. Me contaba un argentino que había viajado a China y había comido perro, y me describió con lujo de detalle. Yo probaría de todo, porqué no? Claro que los caracoles me dan asco, son tan babosos, jajaja. Besos,
DeleteHola Myriam!
ReplyDeleteEstoy tratando de ponerme al dia y volver a la normalidad........., entre para saludarte y darte las gracias por tu visita!
Esta entrada me recuerda a mi papa, yo no como ranas ni en suenios......pero mi papa siempre me cuenta lo delicioso que es este plato!!!
Espero que la quemadura del cuello no fue grave, cuidate!!!
Me voy a dar un paseo por tu cocina, seguro me perdi de muchas recetas!!!!!
sweetcakestoronto
Besos
miri
Hola Miri, gracias por tu visita, espero estén bien! A ver si un día te animas a comerlas! Besos,
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