Yo siempre he sido fan de la calabacita (que no es el zucchini en Argentina) sino el zapallo que tiene esa forma de mate. En EEUU se le llama ¨butternut squash¨.
Hasta que hace unas semanas ya no había butternut squash en el supermercado, pero ¨acorn squash¨, del cual no tengo traducción salvo por ¨zapallo¨. Y lo compré para probar.
Busqué varias recetas en Internet, básicamente cualquier receta que conozcan se aplica, al horno, hervido, relleno, en sopa, en ensalada. Pero la más publicada es ¨al horno¨.
Pues resultó tan rico que lo comí yo sola :)
Para cortarlo, primero lo cortamos en dos, luego en cuartos o más rodajas a gusto. No muy finas, no muy gruesas. Yo usé una cuchilla, mi hija me dió un tip (luego de 9 años de este blog, ahora ellas me enseñan recetas vegetarianas!): ¨Ma, dale unos dos pinchazos con un cuchillo, y ponelo al menos un minuto en el microondas, así, entero. Que no se cocine, pero viste, un poco para que se ablande.¨
Ponemos las rodajas sobre papel de horno en una fuente playa.
A continuación con un cepillo (o los dedos!) las humedecemos en toda su superficie (menos la cáscara) con aceite de oliva.
Salamos y agregamos las especias de nuestro gusto. Yo prefiero ajo en polvo y cúrcuma o turmeric que es tan saludable y va tan bien con el zapallo y el zucchini. Cúrcuma es el colorante del curry. También pueden poner tomillo (thyme), o unas ramas de romero. Yo las pondría hacia el final de la cocción para que no se quemen.
Ponemos a cocinar a horno medio, unos 450o F. Hasta que se doren y ablanden. Yo estimo me llevó casi 25 min.
Acá ven el acorn squash ya cocido, cortado en octavos.
Acá dos rodajas con las puntitas tostadas. La cáscara es comestible, pero a mí no me apetece mucho.
Y esta foto muestra esa textura divina, tan suave. Acá acompañado con arroz teriyaki.
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