Como no tenía leche condensada, se me ocurrió probar reemplazarla por yogur de durazno, y pensé que no podría salir mal. Tal cual, el flan casero salió muy rico, es un poquito más ácido que el tradicional (por eso le agregué azúcar), aunque reconozco que me resultó difícil desmoldarlo. Pienso que tal vez es más fácil cuando usamos leche condensada porque tiene más materia grasa. Necesitamos:
6 huevos grandes
1 taza de yogur (elegí de duraznos, con pedacitos de duraznos)
1 taza de leche
2 cucharadas de azúcar
Un chorrito de esencia de vainilla
Cáscaras de mandarinas (a gusto) o piel de naranja.
En la licuadora, batir los huevos con la esencia de vainilla, las cáscaras de mandarinas o piel de naranjas, el azúcar. Pasar a un bol, agregar la leche, mezclar y luego incorporar el yogur. Mezclar y poner en un molde de flan acaramelado.
Cocinar a baño María, aproximadamente 40 minutos, o hasta que se vea firme. Dejar enfriar, luego pasar a la heladera y dejar por horas. Desmoldar frío.
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