Sopa de calabacita/butternut squash con un toque de mandarinas

Recuerdo que cuando era pequeña e iba al campo, la única tía bisabuela que conocí, le agregaba unos gajos de mandarina a la sopa. Un día le pregunté porqué lo hacía, y sencillamente me respondió que así le gustaba. Pasarían muchos años hasta que aprendiera sobre el uso de las mandarinas en las comidas chinas.

A nosotros nos gustan las mandarinas ¨cuties¨, que son chiquitas, muy dulces y sin semillas, pero esta vez me traje una bolsa de la casa de un amigo y, si bien son un poquito más ácidas que las cuties, son deliciosas también.

Así que tomé la oportunidad de hacer esta sopa –que no tiene nada de receta china- con cubitos de media calabacita/butternut squash, una zanahoria, dos tallos de apio orgánico y una mandarina pelada y sin semillas. Todo esto lo licué en crudo con agua, para dar una textura distinta -a cuando licuamos en cocido- y hacerla más densa, lo que se puede apreciar en la foto. Cociné la sopa con un extracto de caldo. 

Por arriba, le puse antes de servir, unas tiritas de tortillas de maíz y nopal levemente tostadas en una fuente de teflón enmantecada, hasta que se ven crocantes. Por supuesto, las tiritas hubieran sido más ricas fritas y sobre una sopa mexicana, pero debo bajar un par de kilos de las fiestas.

El sabor de la sopa, rico, la mandarina le quitó un poco el dulzor al zapallo y la zanahoria. Sinceramente creo que poner los gajos enteros antes de tomarla, hubiera resultado en un sabor más intenso. Tenía razón la tía, e intentaré otra vez.

Con respecto a las tortillas de nopal o cactus, ya me estoy amigando con ellas, desde que abrí el paquete se esparció -por suerte- ese olor a ¨Wetlands¨ que les comentaba en el post de las quesadillas. Mejor así...