Observen que estoy diciendo ¨tallos de hinojo¨ y no me refiero al bulbo. Generalmente, los tallos de hinojo se desechan por ser muy fibrosos, y consumimos el bulbo con la base de los tallos. Pero como dice mi marido, ya me estoy pareciendo a Chichita de Erquiaga –muy criticada en casa de mis padres- porque ella aprovechaba absolutamente todo. Me quedó el mote desde que empecé a cocinar las lechugas y las papas con cáscaras. –By the way, qué se habrá hecho de Chichita?-
El hinojo que compré, tenía varios tallos y estaba lleno de hojas, lo que llamamos eneldo o dill en inglés. El eneldo se vende fresco o seco empaquetado, es muy rico y suave como condimento.
En esta foto, mi eneldo lavado, deshidratándose. A la izquierda, flores de lavanda.
Para esta sopa, corté los tallos del hinojo en trocitos y un par de tallos de apio. En una cacerola, ponemos una cucharada de manteca, rehogamos los vegetales rápidamente con un diente de ajo cortado en dos o tres (para que no se queme). Agregamos agua, cantidad necesaria con un extracto de caldo de pollo o verdura. Hervimos hasta que los vegetales estén cocidos.
Pasamos a la licuadora, y licuamos muy bien en la opción más líquida que encuentren, para evitar que quede alguna fibra dura de masticar.
Separamos alguna porción si queremos guardar en la heladera. El resto, lo ponemos nuevamente en la cacerola y echamos un buen chorro de crema, leche o half and half , que fue lo que yo usé. Decoramos con dill/eneldo.
El resultado, a mí me gustó más que la sopa de apio. De todos modos dejo dos links para sopa de apio e hinojo con zanahoria:
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