Hace unos días, le comentaba a una amiga virtual acerca de un amigo de mi papá, italiano, que comía de todo. Las habas, las comía crudas, los chilis sin cocinar como si fueran caramelos.....Este señor había estado en una de las guerras mundiales de pequeño, y sabía bien lo que era pasar hambre. De adolescente, me gustaba discutir con él cuestiones históricas de Italia, al mismo tiempo que practicaba mis lecciones. Entre las anécdotas de la época de guerra, me confesó que uno de sus primos, ante la hambruna, había cazado una rata que corría por los tirantes de su casa de campo y la había guisado; en otra oportunidad, unos hombres cazaron una ranita y le dijeron que si se la tragaba, le darían comida. No olvido más cuando me dijo ¨aún podía sentir la ranita saltar en mi estómago¨.
Parece que en la segunda guerra mundial, no todos los italianos estuvieron tan mal alimentados. A través de unos links de blogs amigos, llegué a una página digitalizada de oldmagazinesarticles.com perteneciente a la revista Click. The National Picture Monthly. Vol I, No 7, agosto de 1938.
Allí se cuenta que uno de los más asombrosos usos de paracaídas es el de los aviadores mandando comida a los soldados italianos en la segunda guerra de Italia-Abyssinia (Etiopía). Ésta fue una breve guerra colonial entre el Reino de Italia y el Imperio de Etiopía, que comenzó en octubre de 1935 y concluyó en mayo de 1936 con la ocupación militar de Etiopía y su anexación a la nueva colonia italiana del Este de África.
Durante el avance italiano hacia el Oeste, las tropas debieron cruzar 120 millas de paisaje salvaje, rocoso, de arenas deslumbrantes, y era esencial para ellos no acarrear mucho equipaje. 25 aeroplanos los fueron siguiendo, supliéndoles de agua, municiones, raciones, y la única carne que podría soportar días de terrible calor sin arruinarse: animales vivos. 72 corderos y hasta dos toros (¡) fueron arrojados en paracaídas.
La columna de soporte de aeroplanos fue una estrategia innovadora de guerra que permitió a las tropas desplazarse y maniobrar más fácilmente.
interesante post, los afanes de la guerra, alguna vez vi una pelicula que daba horror, creo que se llamaba Butch(el carnicero) te la voy a buscar y te aviso, se trata de los inquilinos de un building en epoca de guerra, en el piso de abajo habia una carniceria, ellos no tenian nada para comer pero de vez en cuando recibian un trozo de carne...adivina de donde provenia esa carne, no adivinas todavia...pues era de algun parroquiano distraido que habia pasado por ahi cerca, terrible pero asi se alimentaban
ReplyDeleteHola Alejandro, creo que la recuerdo, acordate la de Johnny Deep, la del barbero, ellos hacían pies y se les había llenado de gente el local! La que más me gustó fue Delicatessen, la viste?
ReplyDeleteSaludos
Ya lo dice el dicho en tiempos de guerra...Una historia bien interesante...gracias por compartirla.
ReplyDeleteUn besiño!
Gracias Mayte!
ReplyDeleteCariños,
M