Torta de pelones (nectarines)

Esta torta está inspirada en la coca de albaricoques que hizo María José en su blog dtifet-cuina, según ella, una torta tradicional española.

http://ditifet-cuina.blogspot.com/2010/08/coca-dalbercocs.html

Para mi torta, pensé en buscar un diseño distinto, me resultaba muy divertido y sugestivo ver los duraznos o pelones enterrados en la masa. Y se me ocurrió cambiar el molde por uno oval y usar para la torta la receta de muffins, pero sería un muffin enorme e inflado. Y me quedó como un enorme huevo decorado, y ahora se me ocurre que de abrir los pelones en gajos,  podría darles forma de flor, será en otra oportunidad.

La masa de mi muffin enorme lleva:

1 huevo

1 taza de leche

¼ de taza de aceite vegetal

2 tazas de harina multipurpose (común de muy buena calidad)

¼ de taza de azúcar

Ralladura de naranja

3 cucharitas gordas de baking powder (polvo para hornear)

1 cucharita de sal

Azúcar impalpable (powdered sugar) para el glasé.

4 Duraznos o pelones pequeños

Licor o vermouth rosso u oporto

Batimos bien el huevo, le incorporamos la leche, mezclamos. Luego, el aceite de a poquito, el azúcar, revolvemos, y finalmente la harina tamizada con el polvo para hornear. Ponemos en una fuente de horno enmantecada. Luego le vamos enterrando los pelones, lavados, descarozados y cortados en mitades. Hasta que lleguen al ras de la masa. Les esparcimos azúcar y dentro de cada uno colocamos un chorrito de licor u oporto o vermouth rosso. Opcional: canela en polvo.

Cocinamos en horno moderado precalentado. El mío tardó como media hora, pero todo dependerá del molde. Tuve que esperar a que se cocinara en el medio, por eso usé horno bajo.

Arriba, María José le puso azúcar impalpable, (no ví cómo salteó los duraznos, presumo los habrá cubierto con algo) pero mi hija menor quiso ponerle glasé, que lo hicimos con el azúcar impalpable y unas gotas de naranja. Ahí vino la discusión, porque yo insistía en un chorreado esquivando los pelones, pero ella piensa que el chorreado es algo ¨desprolijo¨ y quería cubrirla totalmente, lo que, obviamente, con una cuchara y los pelones de por medio, no lo logró correctamente. Pero, yo la dejo, porque es la única forma que aprenda a conocer los resultados de la manipulación de los ingredientes. Me dijo que la próxima quiere usar un cepillo, pues bien, que pruebe.

Más allá de desprolijidades, en unas horas no quedó ni una miga, y pudieron seleccionar porciones con más o menos fruta.