Activistas de Green Peace en España. Foto de MSN
Reproducción del artículo de Francisco Galindo, EFE – Reportajes
Transgénico es aquel alimento en cuya composición y elaboración participa un organismo que ha sido manipulado genéticamente en laboratorio y que, por vías naturales, nunca podría haber llegado a ser de ese modo. La duda es si estos productos son saludables o perniciosos para nuestra salud.
"Todos los alimentos son susceptibles de ser manipulados genéticamente, si bien son pocos hasta ahora los autorizados para consumo humano", asegura Fernando González Candelas, del Departamento de Genética de la Universidad de Valencia (este de España).
"Consumimos más alimentos transgénicos o derivados de transgénicos de lo que creemos", añade el experto, quien precisa también que, desde el punto de vista legal, todos los productos deben ser etiquetados como transgénicos en cuanto exista un 0,9 por ciento de modificación genética en su composición.
Sin embargo, explica González Candelas, esto no es posible, debido a la oposición que sobre el consumo de este tipo de alimentos ejercen algunos grupos ecologistas y diferentes grupos de presión económicos y sociales.
"No podemos saber con exactitud qué cantidad de transgénicos consumimos; tenemos que considerar que productos como el maíz y la soja están presentes en más del 60 por ciento de los alimentos transformados y forman parte de diferentes aditivos, y que un importante porcentaje de estos vegetales, que se distribuyen en distintos países del mundo, proceden de la producción transgénica a gran escala", comenta el experto.
Además, según añade González Candelas, desconocemos si cantidades importantes de carne, leche o huevos que consumimos provienen de animales alimentados con piensos transgénicos.
"Porque aunque la legislación -al menos en España- obliga a etiquetarlos, no obliga, en cambio, a etiquetar el producto final", asegura la doctora María Teresa Mories, miembro del Comité Organizador del 52 Congreso Nacional de Endocrinología y Nutrición, celebrado en fechas recientes en Salamanca (noroeste de España).
"Los alimentos transgénicos tienen un elevado potencial para contribuir a la mejora de la salud a nivel mundial. Ya es una realidad el hecho de que pueden cultivarse alimentos con el doble de vitaminas, doble de nutrientes, carentes de aquellos elementos que provocan alergia o de compuestos que se han demostrado perjudiciales para la salud, sin que tengan que verse resentidos su sabor, su forma o su color", dice por su lado Daniel Ramón Vidal, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos de la ciudad española de Valencia.
"Algo aparentemente sencillo como un plátano, podría convertirse en una vacuna, gracias a la manipulación genética", indica el doctor González Candelas, quien recuerda que esa fruta es "mucho más fácil de distribuir y administrar que una vacuna convencional". "Es más -agrega-, podría resultar una opción mucho más sencilla si tenemos en cuenta que no necesita refrigeración, personal especializado que lo administrase, ni unas pulcras condiciones de higiene que, de hecho, en muchos países en desarrollo no se dan".
Las posibilidades son innumerables, explica el experto. Sin embargo, hoy en día son muy pocos los productos de estas características que pueden encontrarse en el mercado.
"Los alimentos transgénicos permiten aumentar la eficiencia en procesos de intervención de salud, como por ejemplo en el caso expuesto, al tiempo que permiten una reducción importante en los costes", concluye.
Frente a las numerosas voces que se han alzado en contra del consumo de estos alimentos, bajo el argumento de que no son beneficiosos para la salud, González Candelas afirma rotundo que "no hay un sólo estudio que confirme que el consumo de estos productos provoquen problemas para el organismo humano".
"Es más -asegura el experto-, estos alimentos están sometidos a más controles y más estudios que los alimentos convencionales".
"Los alimentos transgénicos permiten aumentar la eficiencia en procesos de intervención de salud, como por ejemplo en el caso expuesto, al tiempo que permiten una reducción importante en los costes", concluye.
Frente a las numerosas voces que se han alzado en contra del consumo de estos alimentos, bajo el argumento de que no son beneficiosos para la salud, González Candelas afirma rotundo que "no hay un sólo estudio que confirme que el consumo de estos productos provoquen problemas para el organismo humano".
"Es más -asegura el experto-, estos alimentos están sometidos a más controles y más estudios que los alimentos convencionales".
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http://salud.latam.msn.com/xl/latinoamerica/articulo_efe.aspx?cp-documentid=24458731
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